Este mes de agosto nos centramos en tres filmes de la filmografía de Oliver Stone estrenados en la década de 1990 y que retratan, desde distintas perspectivas, los Estados Unidos... según la mirada, el análisis y la crítica del cineasta.
Puedes consultar el ciclo, que incluye Asesinos natos, JFK. Caso abierto y Un domingo cualquiera, aquí, donde también puedes comprar las entradas para las sesiones.
Nadie mejor que el mismo realizador para describir sus intenciones y objetivos en cada uno de esos títulos.
"La gente al mando temen que se pregunte lo obvio. Desde el primer día se aceptó el titular de que Oswald actuó solo. Oswald aceptó ser el cordero que llevan al matadero. Mucha gente lo creyó, pero no aquellos que forman parte del sistema. Desde ese día, los medios han difundido el mensaje de que Oswald actuó solo. Pero el pueblo americano, a quien se le ha lavado el cerebro durante décadas, nunca lo ha aceptado. Ellos saben que hay algo que huele a podrido".
"Siempre me he rebelado contra el pensamiento convencional. El pensamiento convencional era lo que imperaba en los años 1960. Pero lo cierto es que este país estaba viviendo una guerra civil. Kennedy había provocado una ola de hostilidad y odio. Su muerte fue aplaudida en el sur de Estados Unidos porque apoyaba a Martin Luther King. Él estaba dispuesto a cambiarlo todo. Quería eliminar la Guerra Fría. Llegó a un acuerdo con los rusos para poner fin a la crisis de los misiles... Tenía una visión amplia del mundo, como Gorbachev la tuvo en los años 1980".
"En 1990 los medios empezaron a cambiar la forma cómo cubrían eventos violentos. El detonante fue el juicio de O.J. Simpson. Nunca había visto algo igual. El sensacionalismo ya existía cuando era joven, pero se multiplicó, y la televisión ayudó en ello. El juicio de Simpson ocupó las noticias durante días. Sin parar. Y los canales hicieron tanto dinero, cantidades récord. Así que nunca miraron hacia atrás y continuaron por ese mismo camino. Ahora las noticias quizás no sean sobre asesinatos, pero sí son sobre la política, y al igual que los crímenes de antaño, todo se vende como entretenimiento."
"La violencia de Asesinos natos es satírica. He hecho cine con violencia realista. Pero en este caso se trataba de violencia metafórica, exagerada, nada cercana a la realidad. ¡Pero si hasta Rodney Dangerfield se ahoga en una pecera!".
"En los años 1990, Hollywood se estaba convirtiendo en una panacea del corporativismo, al igual que el futbol (americano). El mundo del deporte se hizo omnipresente, se transformó en una industria ridiculamente gigantesca. Los salarios, increíbles, desorbitados, por lo que perdió su significado, su tradición. Ahora es solo dinero."
"La liga nacional se comportó de forma asquerosa. Odiaron el guion. Trataron de destruir el proyecto impidiendo que jugadores profesionales actuaran en el filme, no dejándonos rodar en estadios... Solo el propietario de los Cowboys de Texas les plantó cara y nos dejó filmar en su estadio. Y cuando la película se estrenó, la liga nos boicoteó: no hubo cobertura en ningún programa de deportes. No fue nada divertido enfrentarse a ellos. Fue como pelearse con el Pentágono".