Tan solo dos años después de hacer estallar la polémica con su descarnada La Pasión de Cristo, el actor Mel Gibson volvió a dirigir un film tan impactante como oscuro. Apocalypto fue su personal visión de los últimos del Imperio Maya, narrada a través del peligroso viaje de un guerrero que trata de rescatar a su mujer y su hijo cuando su pueblo es atacado por un clan que pretende utilizarlos para sacrificios humanos.
Rodada en lengua maya y en espectaculares localizaciones naturales de México, donde las intensas lluvias complicaron el rodaje, Apocalypto supuso una épica aventura para Gibson, quien estuvo diez años sin volver a ponerse tras la cámara hasta el reciente estreno del drama bélico Hacksaw Ridge (Hasta el último hombre), por la que ha estado nominado al Globo de oro al mejor director.