El doctor Abronsius y su asistente, el torpe Alfred, viajan por tierras de Transilvania en busca de la prueba definitiva que confirme las teorías del doctor, quien defiende la existencia real de los vampiros. Durante la búsqueda, y helados por el temporal de nieve, deben pasar la noche en una posada cubierta de ajos, pero los habitantes del pueblo niegan saber nada acerca de un conde que bebe sangre. Esa noche, la hija del posadero es secuestrada por los vampiros.