La dura disciplina que marcó su infancia y la educación a la que fue sometido de niño han marcado la vida de Pink, el cantante de un grupo musical que ha entrado en un peligroso espiral de autodestrucción por culpa de su adicción a las drogas.
El álbum The Wall, de Pink Floyd, fue el punto de partida para esta historia que muestra el descenso a los infiernos de un cantante. Los quince minutos de animación que aparecen en el film son obra del ilustrador Gerald Scarfe, quien ya había hecho algunos trabajos para los conciertos del grupo.