Los habitantes de Los Angeles parecen acostumbrados a los temblores de tierra que se producen a menudo en la ciudad. Sin embargo, un sismólogo detecta que esta vez no se trata de un simple temblor, sino del primer aviso de un terremoto de gran intensidad. Horas después, cuando los técnicos confirman su hipótesis, es demasiado tarde para evacuar a los ciudadanos antes de que llegue el gran terremoto.