Un asesino en serie de niñas ha provocado el pánico en la ciudad y la policía ha puesto en marcha una intensa búsqueda para darle caza. Este aumento de la presencia policial ha hecho que los negocios del hampa se vean afectados, de manera que los jefes de las bandas criminales ponen precio a la cabeza del asesino.
Fritz Lang estudió a fondo la mente de los criminales, en especial el caso del asesino en serie Peter Kurten, conocido como El vampiro de Düssedorf en la Alemania de los años veinte, para rodar su primer film sonoro.