Oliver se enamora de la dulce y tímida Irena y acaban contrayendo matrimonio. Durante la fiesta, una misteriosa invitada, al parecer familiar de la novia, despertará en ella el temor de una vieja maldición del pasado. La muchacha empieza a comportarse de forma extraña, convencida de que la maldición va a cumplirse. Por ello, Oliver busca la ayuda de un psiquiatra.
El terror elegante de Jacques Tourneur empezó a cobrar forma en este film donde los juegos de luces y sombras permiten mostrar la perturbadora presencia del mal.