Un antiguo militar y su equipo de mercenarios pretenden hacer justicia obligando al Gobierno a que indemnice a las familias de los soldados muertos en misiones secretas. Para conseguirlo, secuestra a los turistas que visitaban la prisión de Alcatraz, donde se instala con varios misiles equipados con gas venenoso. Temiendo que lancen el arma contra la ciudad de San Francisco, el F.B.I. envía a la isla a un especialista en armamento biológico, sin experiencia sobre el terreno, y al único preso que consiguió fugarse de la famosa prisión.