La doctora McAlester ha utilizado tiburones Mako para sus estudios sobre la regeneración celular del cerebro, lo que podría ayudar a combatir el Alzheimer. El problema es que para conseguir resultados en tiempo récord, se ha saltado el código ético y ha manipulado genéticamente a los escualos para aumentar su masa cerebral. Esto ha hecho que sus tiburones sean más inteligentes y más rápidos.