Seis piezas de música clásica convertidas en dibujos animados. Desde La danza de las horas, interpretada por un ballet de hipopótamos, cocodrilos, elefantes y avestruces hasta El Aprendiz de Brujo, en el que Mickey Mouse, discípulo de un mago, arma un buen desastre cuando utiliza la magia para hacer que las escobas limpien por él.