El agente Will Dormer debe trasladarse, junto a su compañero, a un aislado pueblo de Alaska en el que han encontrado el cadáver de una chica de 17 años. Al llegar, Dormer se da cuenta de que la ubicación del lugar hace que haya luz durante todo el día, lo que, unido a los asuntos pendientes que ha dejado en Los Angeles, hará que no pueda dormir y sus pensamientos sean cada vez más confusos.