George y Kathy encuentran la casa de sus sueños, y a un precio muy razonable. Al poco tiempo de mudarse a ella junto a sus hijos, los niños empiezan a notar unas presencias maléficas que serán cada vez más fuertes. Es entonces cuando descubren que, hace años, la casa estuvo habitada por una familia que fue asesinada de forma sangrienta.

En noviembre de 1974, un joven acabó con la vida de toda su familia rifle en mano asegurando que una presencia sobrenatural le había obligado a hacerlo. Tras el asesinato, la casa se puso a la venta y sus nuevos inquilinos no tardaron en notar sucesos extraños. Voces, sombras fantasmales y un brusco cambio en la personalidad del marido hicieron que el matrimonio acabara abandonando el lugar. Leyenda urbana o realidad, lo cierto es que esta historia inspiró uno de los films de terror independiente más rentables del género, con el que se abrió una pequeña saga de serie B y un posterior remake protagonizado por Ryan Reynolds en 2005. Lalo Schifrin, compositor de bandas sonoras como Bullitt o Harry el sucio, fue nominado al Oscar y al Globo de oro por la inquietante música.