Después de recuperar a su hija Carol Anne, secuestrada por espíritus del más allá, la familia Freeling se ha mudado y llevan una vida normal. Pero la tranquilidad no dura mucho ya que la pequeña sigue siendo perseguida por las fuerzas sobrenaturales.
A Carol Anne no le fue demasiado bien yendo hacia la luz y, aunque la familia Freeling se ha mudado a una nueva casa, los malos espíritus no tardan en visitarlos. Tobe Hooper y Steven Spielberg, responsables de Poltergeist, dejaron esta secuela en manos de sus guionistas originales y bajo la dirección de Brian Gibson, quien contó de nuevo con la música de Jerry Goldsmith.
Otro nombre interesante que se unió al proyecto fue el del artista H.R. Giger, creador del universo visual de Alien, cuyos dibujos sirvieron de inspiración para la imagen de varias de las criaturas y ayudaron a diseñar la atmósfera de pesadilla en la que se mueven los protagonistas.
Teléfonos de juguete que conectan con el más allá, posesiones, un chamán con poderes y un reverendo maligno cuyo espíritu se niega a darse por vencido, se unen en esta secuela.