Durante la Segunda Guerra Mundial, los prisioneros de un campo de concentración pasan el tiempo jugando al fútbol. El comandante Gensdorff, que antes de la guerra había sido futbolista profesional y llegó a formar parte de la selección alemana, propone organizar un partido en el que se enfrenten alemanes y prisioneros de guerra. Aunque la idea no les gusta al principio, los prisioneros acabarán viendo en el partido una oportunidad para huir.