En pleno Imperio Romano, Judá Ben-Hur, hijo de una familia noble de Jerusalén, es acusado de atentar contra la vida del gobernador. Mesala, el líder de los ejércitos de ocupación, y viejo amigo de Ben-Hur, lo encarcela a él y a su familia, aprovechando la situación para vengarse del noble que no quiso ser su mano derecha en el ejército. Tras pasar un tiempo en galeras, Ben-Hur consigue ser libre.
La proyección incluye un intermedio.
Ben-Hur fue la gran apuesta de MGM para saldar sus deudas, invirtiendo en ella la espectacular suma de quince millones de dólares de la época. Esta no era la primera vez que se llevaba a la gran pantalla la novela homónima de Lewis Wallace, general del ejército de la Unión durante la guerra civil americana. En 1907 se rodó un cortometraje de apenas 15 minutos de duración, y en 1925 el director Fred Niblo firmó una cuidada adaptación muda donde combinaba el blanco y negro y el technicolor.
El compositor Miklós Rózsa tardó casi un año en componer la música. Se instaló en Roma para trabajar durante la producción. El escritor Gore Vidal y Christopher Fry participaron en el guión, pero no fueron acreditados ya que, según el guionista Karl Tunberg, reclamó la autoría debido a todas las veces que había reescrito la historia y que, al parecer, habían dejado fuera las aportaciones de Vidal y Fry. El productor Sam Zimbalist defendió que fuera reconocido el trabajo de ambos, pero murió antes de que se acabara el rodaje y finalmente no consiguió que Fry y Vidal aparecieran en los créditos. Se dice que una de las sugerencias de Vidal fue insinuar una relación homosexual entre Ben-Hur y Messala en su juventud, una relación que se insinúa pero que no aparece explícitamente en la película (debido sobre todo a la negativa de Charlton Heston ante tal aspecto de la amistad entre los protagonistas). En los seis años que tardó en salir adelante el proyecto, llegó a haber hasta 40 versiones y reescrituras del guión.