Cuando era todavía un estudiante de medicina, el doctor Eddie Jessup quiso demostrar que hay otros estados de conciencia que la mente puede interpretar como reales. Para ello realizó un experimento en el que se sometía a una cámara de privación sensorial cuyo estado de aislamiento le provocó fuertes alucinaciones. Años después, el doctor decide retomar sus teorías y repetir el experimento, añadiendo esta vez medicamentos alucinógenos.
William Hurt se encerrará en una cámara de privación sensorial y tomará drogas alucinógenas para experimentar otros estados de conciencia en este film de culto del director Ken Russell. Primera película del actor y de una jovencísima Drew Barrymore.