En la Rusia zarista, los agentes secretos informan de la posible huelga de los obreros de una importante fábrica. Están molestos por las condiciones en las que se ven obligados a trabajar y cuando uno de ellos acaba suicidándose al ser acusado de robo, sus compañeros deciden ir a la huelga. El director de la empresa informa de la situación a las autoridades y no tardan en enviar a la policía para que tome represalias y les obligue a volver al trabajo.
Primer largometraje dirigido por Sergei M. Eisenstein, uno de los grandes teóricos del montaje cinematográfico. La secuencia final, en la que se alternan en montajes paralelos con imágenes de ganado e imágenes de los obreros, es uno de los momentos clave de la filmografía del cineasta.