En diciembre de 1941, el servicio de inteligencia norteamericano captó una serie de comunicaciones entre las fuerzas militares japonesas que hacían presagiar un ataque sobre las tropas de Estados Unidos. Poco después se lanzaba el inesperado ataque japonés contra Pearl Harbor, uno de los episodios más recordados de la II Guerra y Mundial que marcó la entrada de los Estados Unidos en el conflicto.