Gordon ha prometido a un constructor que su equipo es capaz de eliminar los restos de amianto de un hospital mental, abandonado desde hace años, en tan solo una semana. Este acuerdo hace que sus trabajadores tengan que pasar horas limpiando techos y paredes de los oscuros pasillos para retirar este peligroso material. A medida que avanzan las horas, el equipo nota cómo la atmósfera se vuelve cada vez más siniestra.
Brad Anderson se consolidó como director gracias a este inquietante film, donde la cámara se recrea en largos pasillos y oscuras habitaciones.