Tomania se encuentra gobernada por Hynkel, un loco tirano que culpa a los judíos de la grave crisis económica que atraviesa el país. Curiosamente, Hynkel guarda un asombroso parecido con un humilde barbero judío. Tal es el parecido que los propios guardias del dictador se confunden y lo encierran mientras que el pobre barbero es tratado como si fuera el verdadero Hynkel.