Un valioso huevo de Fabergé, que resulta ser una falsificación, es la única pista que deja el agente 009 justo antes de morir. El servicio británico de inteligencia encargará a James Bond que investigue quién está involucrado en un posible caso de tráfico de obras de arte. El responsable parece estar recaudando fondos para llevar a cabo una operación que desate el conflicto nuclear contra las Naciones Unidas.