Regan, una niña de doce años, empieza a comportarse de forma extraña y cada vez más agresiva. A pesar de un primer diagnóstico que lo atribuyen a un trastorno mental, su madre, aterrorizada, acude al sacerdote de la parroquia cercana. Tras visitar a la pequeña, que afirma ser el mismo diablo, el padre Karras está convencido de que el mal no es físico sino espiritual. Por eso pide ayuda a otro sacerdote con experiencia para practicar un exorcismo.