Durante una expedición en Egipto, dos arqueólogos descubren la tumba de la reina Anaka. Sin sospechar que están a punto de desencadenar una poderosa maldición, uno de ellos lee en voz alta una inscripción que resulta ser una invocación que hace que Kharis, el guardián de la reina, cobre vida y se disponga a matar a aquellos que han profanado la tumba. Una maldición que llegará hasta las calles de Inglaterra.